Inducción: ¿Es malo provocar el parto?


El doctor Santos Leal, médico ginecólogo y psiquiatra español, escribe sobre el tema en la edición Nov.2008 de la revista Tu Bebé (España). Santos Leal, trabaja por la difusión de un modelo de asistencia al parto y procesos relacionados, que basado en la evidencia científica, fundamente el respeto a la fisiología y la vivencia de cada mujer, garantizando así la la seguridad de la madre y el bebé. En este post, un resumen de los aspectos más destacados de su nota.


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SOBRE LA INDUCCIÓN EN GENERAL
  • Existen casos donde la inducción artificial del parto es necesaria para evitar algún riesgo derivado de continuar con el embarazo, sin embargo en demasiadas ocasiones el parto se provoca sin razones fundamentadas en evidencia científica o incluso por conveniencia.
  • La inducción del parto por conveniencia (de la madre o el médico) es una práctica cada vez más extendida en la atención privada, y su popularidad esá basada en la falsa creencia de que no supone ningún riesgo.
  • Durante las últimas decádas la incidencia de partos provocados (más del 26%) supera con creces las recomendaciones de la OMS (10%).
  • En el desencadenamiento del parto interviene la OXITOCINA, también llamada 'hormona del amor' por su activa intervención en el acto sexual y la lactancia. Esta hormona produce las contracciones del útero, pero también permite que se active en el cerebro (órgano que la produce y donde se encuentra la mayor concentración durante el parto) el sentimiento de amor-placer que compensa naturalmente el dolor de las contracciones.
  • El método más utilizado para la inducción del parto es la administración de OXITOCINA SINTETICA, que si bien produce en el útero el mismo efecto que la oxitocina producida por el propio cuerpo (contracciones), produce en el cerebro el efecto opuesto, ya que suspende la producción de oxitocina natural, eliminando así la compensación del dolor, haciéndolo insportable y derivando en la necesidad de analgesia o anestesia.
  • Se ha constatado estadísticamente que las inducciones de parto derivan en una cascada de intervenciones obstétricas, que incrementan hasta un 60% la necesidad de recurrir a cesáreas, fóceps o ventosas.
  • La decisión de provocar el parto es algo que no se debe valorar a la ligera. Sin embargo, si los beneficios sobrepasan a los riesgos, se debe hacer y en muchos casos puede ir muy bien y sin ninguna complicación.
RIESGOS DE LA INDUCCIÓN PARA EL BEBÉ

Si el parto se provoca antes de su inicio espontáneo, cabe el riesgo de que el bebé no estuviera preparado todavía para vivir fuera del útero y esto puede conllevar consecuencias negativas para su salud y su futuro desarrollo físico y mental. Además, existe sospecha científica de que el uso de oxitocina artificial durante los partos en los últimos 40 años, pueda estar siendo el responsable de que en las últimas décadas se esté incrementando alarmantemente en el mundo la incidencia de casos de autismo.


MOTIVOS HABITUALES PARA PROVOCAR EL PARTO
  • Gestación prolongada
    El riesgo de que el bebé muera antes de nacer aumenta significativamente a partir de la semana 40 y está comprobado científicamente que, ofreciendo inducciones entre la semana 40 y 41, se salvan vidas de bebés (cosa que no sucede en casos de inducciones más tempranas) sin aumentar la probabilidad de cesárea (que se considera incrementada de por sí, por tratarse de un embarazo superior a 40 semanas). Sin embargo, debería ser la madre quien tenga la última palabra, valorando esta información junto con las características y riesgos inherentes a las inducciones. Si la madre decide esperar, se recomiendan controles muy seguidos a conciencia de que se inducirá el parto en caso de detectarse cualquier anomalía. El estrés mental es el factor que más influye para que el embarazo se prolongue, por lo cual es recomendable que la madre se rodee de un ambiente de calma, serenidad y amor.
  • Rotura de bolsa sin estar de parto
    La evolución natural de una mujer que ha roto bolsa, es ponerse de parto en los días siguientes. Sin embargo, bajo la premisa del miedo a la infección, se suele inducir el parto en las 12-24 horas siguientes a la ruptura. Según las estadísticas, esperando 4 días el 94% de las mujeres se habrá puesto de parto sin inducir. Por tal motivo, y teniendo en cuenta los efectos adversos derivados de la administración de oxitocina sintética, puede resultar conveniente esperar, tomando ciertas medidas preventivas para disminuir el riesgo de infección (no bañarse, no mantener relaciones sexuales y tomarse la temperatura varias veces al día). Esta forma de proceder solo será posible siempre que no se haya requerido previamente un tacto vaginal (que sería la principal fuente de arrastre de gérmenes desde la vulva y aumentaría el riesgo de infección).
  • Hipertensión
    Cuando la hipertensión está asociada a otros síntomas de preclampsia (enfermedad del embarazo que puede resultar mortal para la madre y el bebé), y llegado un estado de la situación que no permita continuar con el embarazo, se justifica la inducción del parto (siempre es preferible llegar a la semana 37).
  • Diabetes
    Las diabetes que mantienen nivel de glucosa elevado en sangre o que tienen otros signos en la analítica tienen riesgo de complicaciones en el nacimiento, sobre todo si se manifiestan en el bebé. En estos casos está justificada una inducción del parto antes de cumplir 40 semanas.
  • Bebé demasiado grande
    El mero hecho de que un bebé sea demasiado grande, pues, no es motivo para justificar una inducción ni mucho menos una cesárea (a excepción del caso de madre con diabetes gestacional).
  • Parto anterior demasiado rápido (2 horas o menos)Las inducciones en este caso tienen que ver con el miedo de no llegar al sanatorio. No existen evidencias de que inducir en estos casos aporte beneficios, aunque sí se conocen las desventajas de practicar una inducción.
  • Inducciones 'desapercibidas'Son las que derivan de aplicar protocolos obstétricos (goteo de oxitocina, ruptura de bolsa, monitorización, etc.) sobre mujeres que no están de parto (es decir, que no cumplen con los dos criterios que definen el parto: dilatación de 3cm o más + contracciones regulares cada 3-5 minutos), incrementando el riesgo de cesárea.
  • Conveniencia de la madre o el médico
    En estos casos la mujer debe decidir poniendo en la balanza sus razones (que son respetables) y los riesgos inherentes a una inducción.
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