¿Qué diferencia hay entre un parto ‘natural' y un parto ‘intervenido’?

Es importante que las mujeres entedamos y asumamos que NUESTRO CUERPO ESTA NATURALMENTE DISEÑADO PARA PARIR Y PUEDE HACERLO SIN NINGUN TIPO DE INTERVENCION, aún cuando convivimos con todo un sistema que nos lleva a creer lo contrario.

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El parto es una función fisiológica de nuestro cuerpo, igual que respirar, hacer la digestión o menstruar, entre tantas otras.

Cuando hablamos de 'fisiología' nos referimos a los procesos naturales que el cuerpo realiza sin necesidad de intervención ni asistencia.

Si detectamos, a través de un síntoma, que alguna de nuestras funciones fisiológicas (pongamos por ejemplo respirar) falla, asumimos que hay una 'patología' (enfermedad) y consultamos con un médico para que la trate (intervenga).

En términos generales, no se nos ocurre intervenir en una función fisiológica que no presente ningún síntoma de enfermedad. De hacerlo, podríamos encontrarnos en situaciones tales como estar conectados a un respirador "por las dudas" que no podamos respirar.

Entonces podríamos decir que, cuando hay ENFERMEDAD…
ANTE UN SINTOMA > EXISTE UNA INTERVENCIÓN MEDICA

Sin embargo, en nuestra cultura, cuando la función que está en juego es el PARTO, no aplica la misma secuencia, sino que lo más frecuente es intervenir desde la medicina, durante todo el proceso, aún sin haberse detectado un síntoma o sin que existan motivos para pensar que podría haberlo. Es lo que se conoce como 'rutinas'.
Estos procedimientos, lejos de ser 'preventivos' suelen terminar generando por sí mismos las patologías y conforman un círculo de intervenciones que afectan física y emocionalmente a la mamá y a su bebé.

Así, ante un PARTO (la mayoría de las veces)…
INTERVENCIÓN MEDICA > SINTOMAS (PATOLOGIAS) > MÁS INTERVENCIONES MEDICAS
A este tipo de partos (que no se desarrollan en forma natural por no tener dadas las condiciones para hacerlo) se los llama 'partos intervenidos / conducidos / medicalizados'.
Es importante que las mujeres entedamos y asumamos que NUESTRO CUERPO ESTA NATURALMENTE DISEÑADO PARA PARIR Y PUEDE HACERLO SIN NINGUN TIPO DE INTERVENCION, aún cuando convivimos con todo un sistema que nos lleva a creer lo contrario.

Para comprender de qué forma un parto intervenido afecta a la futura mamá, es importante conocer cómo se desarrolla un parto natural:

En un parto natural…	Con la intervención médica o institucional…
La mujer necesita abandonar en parte su racionalidad, y permitir que el cuerpo (instintivamente) asuma el protagonismo necesario para desarrollar el parto.	La mujer está más alerta y conciente, pendiente de lo que le piden y de que lo que supuestamente 'debe' hacerse. De esta forma obstruye en cierta medida el funcionamiento del cuerpo, generando reacciones que pueden considerarse como síntomas.
La mujer necesita libertad de movimiento para atravesar el dolor de las contracciones de la forma en que su cuerpo lo demande.	La mujer suele estar inmovilizada por la vía (suero) y por el monitoreo fetal electrónico, por lo cual no puede buscar posiciones que le resulten cómodas.
El cuerpo genera contracciones con una intensidad de dolor que es capaz de soportar.	Se suele usar oxitocina sintética para apurar las contracciones, por lo que éstas son más fuertes que las que el propio cuerpo genera, provocando un dolor más intenso y más dificil de atravesar sin ayuda.
El dolor tiene un sentido: ayudar a la mujer a 'perder el control racional' y dar protagonismo al cuerpo.	Los dolores son más intensos (consecuencia de la falta de movilidad y el uso de oxitocina sintética) y la mujer necesita analgesia o anestesia para poder soportarlo.
La mujer solo debe pujar cuando sienta la necesidad.	Si se usa analgesia o anestesia peridural, la mujer suele no tener conciencia de la necesidad de pujar, por lo cual debe obedecer las indicaciones de quienes la asisten.
La mujer elije la posición para parir que mejor se adapte a su necesidad.	Se suele ubicar a la mujer en posición horizontal, para comodidad de quienes asisten en parto, aún cuando esta posición sea la más peligrosa y menos adecuada para el parto.
Se pueden producir desgarros del periné, para que la cabeza del bebé pueda salir, aunque esto no es habitual si la mujer adopta la posición que el cuerpo le pide. Los desgarros producidos suelen ser a nivel de la piel y tienen solo el tamaño que se necesitó para la explusión.	Se practica sistemáticamente la episiotomía, que es un corte del periné a nivel de músculo (no solo de piel), que luego se sutura, pudiendo generar dolor durante la cicatrización. El tamaño del corte efectuado queda a criterio de quién lo realiza, por lo que puede ser superior al de un desgarro natural. Los desgarros son más frecuentes si la mujer está en posición horizontal, por lo que una práctica lleva a la otra.
La mujer puede necesitar (y desear) alimentarse e hidratarse para que el cuerpo produzca la energía que el parto requiere.	Se le restringe a la mujer la posibilidad de comer y beber, como una medida preventiva de ahogo con vómito en caso de necesitarse anestesia para efectuar una cirujía. Sin embargo, en caso de cesárea se aplica anestesia local (peridural) por lo que no hay riesgo de ahogarse con vómito.
El equipo que asiste a la mujer está conformado por pocas personas, que la mujer elijió y conoce de antemano, capaces de dar contención afectiva durante el parto, y cuya única función es observar el proceso, evaluando constantemente la ausencia de síntomas que indiquen que realmente existe una patología y que se requiere intervención médica. De esta forma, se ponen los conocimientos médicos a favor del parto.	El equipo que asiste a la mujer está conformado por muchos profesionales, que efectúan todas las rutinas mencionadas, y en los hospitales públicos se incluyen además practicantes. Muchas veces la mujer no conoce de antemano a todo el equipo y las personas no siempre están preparadas o bien predispuestas para brindarle apoyo y contención, llegando en ocasiones a someterla y maltratarla de una manera que no favorece el desarrollo del parteo (especialmente mediante la exigencia de 'portarse bien', no gritar demasiado, pujar correctamente, etc.).

A estas rutinas propias del parto, se le suman las establecidas para la recepción del recién nacido, que en general tienden a separar al bebé de su mamá, cuando éste lo único que verdaderamente necesita durante las primeras horas en este mundo es el contacto físico con el cuerpo materno.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) desaconseja la aplicación rutinaria de todas las prácticas médicas mencionadas en el cuadro anterior (basándose en evidencia científica), sin embargo el sistema está tan arraigado, que la tendencia de instituciones y profesionales es seguir como hasta ahora en lugar de incorporar sus recomendaciones.

Por todo esto, es importante que cada embarazada se informe y tome conciencia de todo lo que rodea al parto, para así tener la posibilidad de participar activamente en el nacimiento de su hijo, y tomar las decisiones que considere apropiadas sobre las intervenciones a las que se someterán ella y su bebé.

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